Sin novedad en el frente. Diario del confinamiento, día 16: El pequeño placer de las buenas noticias
El ruido aturde. Y no solo los oídos. El ruido ocasionado por el incesante flujo de noticias, por las intoxicaciones informativas, las fake news , el politiqueo incesante, los cenizos de Twitter y los conspiranoicos aturde también el cerebro y el espíritu. Y la mayor parte del ruido que nos rodea es, por desgracia, muy negativo. No es hora de ponerse de perfil y de ignorar las noticias para vivir aislado en una pequeña burbuja de felicidad ficticia. Hoy, más que nunca, es necesario mantenerse razonablemente bien informado y para ello hay que seguir las noticias y leer la prensa. También puede uno sentir la necesidad de seguir lo que se cuece en las redes sociales. Esa comunicación más informal nos permite seguir las peripecias de muchos contactos nuestros, que quizá no veamos mucho a lo largo del año. Siguiendo esos contactos, vas sabiendo si familiares suyos o sus amistades están sufriendo o están bien, si alguno del entorno ha fallecido, si algún otro ha sido dado de alta…