Hubo un tiempo en que estaba de moda lo que se conocía como lateral thinking (pensamiento lateral). La agraciada expresión se refería a la cualidad de pensar fuera del carril habitual. Es decir, la capacidad para pensar de modo diferente a los demás. El lateral thinking es, sin duda, enriquecedor. Pero tiene un problema. En el afán de pensar las cosas de otro modo, es fácil caer en el defectillo de pensar las cosas con salva sea la parte. Es decir, en pasar de ser un lateral thinker a un anal thinker . Hay ejemplos de anal thinking en todas las facetas de la actividad humana. Quizá los ejemplos más llamativos puedan extraerse de los aleccionadores Darwin Awards , premios que reconocen la mejora de la especie por parte de aquellos que se autodescalifican en la carrera por perpetuar su descendencia genética de algún modo estúpido. El dibujo da una idea del tipo de premios que son los Darwin Awards. Pero, como decía, el anal thinking nos rodea por todas partes. Ahora, que estamos en
"La ideología es una camisa de fuerza que impide el fluir del libre pensamiento" (Américo Castro)