La parada técnica obligatoria causada por las cenizas volcánicas ha tenido sus ventajas . Al menos pude darme algunos buenos paseos por Düsseldorf, una ciudad pequeña, pero atractiva, incluso hermosa, que da juego suficiente para un fin de semana. Y como todas las ciudades, tiene sus peculiaridades, algunas muy curiosas. Düsseldorf es una ciudad eminentemente cervecera. En Düsseldorf la gente va tomando cañas de un lado para otro en el compacto centro peatonal. Pero si a uno no le apetece caminar, no hay problema, es posible incluso que el bar venga hacia donde tú estás a fuerza de pedal. Sí, lo que se ve en la foto es una cervecería ambulante en la que los clientes tienen la oportunidad de ir bajando la curvita de la la felicidad mientras se entrenan para el Tour de Francia. Pero claro, tanta cerveza debe tener sus consecuencias. Sin duda para evitar que los sufridos ciudadanos descarguen sus vejigas en cualquier esquina, al ayuntamiento se le ha ocurrido instalar estos meódromos para
"La ideología es una camisa de fuerza que impide el fluir del libre pensamiento" (Américo Castro)