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Empresarios y trabajadores

En los últimos meses estoy oyendo y leyendo comentarios de lo más interesantes sobre el tema del empleo. Se trata de comentarios realizados en términos generales por empresarios y emprendedores de la comunicación que se encuentran con dificultades a la hora de fichar profesionales cualificados.

Me refiero, por ejemplo, a este controvertido post de Jorge López, director de Lewis PR, en su siempre interesante blog: Desde el lado oscuro.

Se quejaba Jorge hace ya tres meses, no de la dificultad de encontrar talento (que haberlo, haylo), ni de las aspiraciones económicas de los candidatos (a veces superiores a las que teníamos los de la generación del Baby Boom cuando salimos a buscar el primer empleo "con el cuchillo en la boca"). Jorge se quejaba de que notaba falta de afán de superación y un interés tremendo por parte de los candidatos en irse a su hora a casa y en no dedicarle a la empresa más tiempo del imprescindible. Dicho interés es legítimo, por supuesto, pero a él le llamaba la atención. En cierto modo a mí también me llama la atención. En mi primer empleo -no de becario- tuve que aceptar trabajar sin contrato laboral, sino con contrato mercantil, y sin ninguna cobertura de seguridad social o desempleo. Y a nadie se le pasaba por la cabeza insinuarle al jefe que te marchabas a casa a las ocho de la tarde (cuando acababa oficialmente la jornada). De hecho tuve un jefe que disfrutaba de lo lindo cazando gente a las 19:55 para "una reunión importante" (y el juego de esquivarlo en las últimas horas de la tarde era lo más entretenido en la oficina).

Las razones por las que esta actitud de los jóvenes trabajadores tengan ese afán por hacer valer sus legítimos derechos laborales no tienen nada que ver con cambios culturales entre las diferentes generaciones. Tienen que ver básicamente con esto: Los universitarios, en pleno empleo.

Sí, las tasas de desempleo entre los titulados superiores han caído a números tan bajos, que prácticamente se puede hablar de pleno empleo. Es, sin duda, una buena noticia (sobre todo para los titulados universitarios, claro).

Esta situación está impulsada por dos factores. En primer lugar, llevamos varios años de crecimiento económico continuado y, en segundo lugar, la pirámide de población se ha ido estrechando por abajo. Esto quiere decir que las hornadas de universitarios que se incorporan al mercado laboral son menos numerosas que en el pasado. Vamos, que son menos gente compitiendo por más puestos de trabajo.

Ante esta situación, a las empresas (a todas) no les queda otra que replantearse su estrategia de Recursos Humanos. Deben aprender a competir por el talento y eso es algo a lo que no están acostumbradas. Eso implica no sólo mejorar las retribuciones, sino cuidar el clima laboral, ofrecer incentivos en el área de la calidad de vida, facilitar la conciliación trabajo/vida privada, fomentar el desarrollo profesional, ofrecer alternativas de trabajo a tiempo parcial o teletrabajo para evitar que se marchen los empleados, etc. La imaginación es el límite, pero las dificultades para poner en marcha estas políticas también son enormes.

No hay muchas alternativas para los empresarios. O se esfuerzan por atraer y retener talento o la única opción es lo que escuché el otro día en una lamentable conversación de cafetería entre dos pequeños empresarios del transporte: "¡A ver si viene pronto la crisis!", decía uno de ellos que tenía la imperiosa necesidad de pararles los pies a sus empleados. Yo creo que pensar así es muy triste.

Desafortunadamente para este empresario de limitadas entendederas (y afortunadamente para el resto de la humanidad), es posible que la próxima crisis no sea tan catastrófica como las anteriores en términos de empleo.

Bonus: al escuchar la triste conversación entre los empresarios del transporte no pude evitar acordarme de una frase que creo que era de Lenin. Decía el viejo revolucionario algo así como que al capitalismo no le interesaba acabar con el desempleo, porque el paro entre los obreros era una herramienta para facilitarle suministro de mano de obra a bajo coste (si alguien conoce la cita exacta, que me la diga, por favor).

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Creo que lo comenté en el post de Jorge, y lo hago también aquí ;-)
Es cierto que, de primeras, choca esa actitud de los nuevos becarios, sobre todo si lo comparamos con cómo nos comportábamos nosotros (e, insisto, no somos tan mayores!!!). Pero creo que es una tendencia que, al menos en la gente de mi misma edad, también observo. A la hora de buscar o aceptar un nuevo trabajo es verdad que valoras muchas cosas, pero cuanto más pasa el tiempo más valoramos (al menos yo personalmente) tener unos horarios razonables (o una flexibilidad y recursos que te permitan "conciliar", como bien apuntas).
Siempre digo lo mismo: de nada vale cobrar muchísimo si no tienes tiempo para gastar todo ese dinero ;-)
Anónimo ha dicho que…
El problema de "antes" (léase baby boomers en España) era de índole social y cultural como una extensión del régimen dictatorial que se trasladaba igualmente a empresas, colegios y hogares, por eso era tan duro y era tan injusto todo o que una vez vivimos en las empresas...Pero ahora el problema es otro, pues muchos trabajadores (sobretodo jóvenes universitarios) vienen de casa mal acostumbrados y poco propensos a seguir normas…y al encontrarse con un poco de disciplina comienzan los problemas de adaptación y en lugar de adaptarse al nuevo entorno tratan de hacer lo mismo que hicieron con sus padres: escaquearse, mentir, derrochar recursos y crear problemas, para luego echarle la culpa de sus problemas de adaptación a sus jefes o al sistema.
Las empresas tienen un problema puntual de escasez de talento ahora, pero también existe un relajo general entre los jóvenes sobre el concepto de lo que es trabajar...pues cómo he escuchado también en alguna cafetería...Trabajar es igual a ganar mucho y poco currar.
Anónimo ha dicho que…
¿Acaso las empresas incitan a que la gente estire su jornada laboral? Me falta una asignatura pasa ser licenciado en administracion y direccion de empresas y llevo desde febrero trabajando en una empresa, empece de becario con 500 horas, ahora se me acaba el contrato de 6 meses en practicas que tengo y me van a hacer fijo, yo por regla general me suelo quedar 1 hora y media mas de mi jornada. ¿ De que me sirve esto? si luego cobro lo mismo que la gente que trabaja 8 horas y tiene la misma experiencia que yo.

Saludos
Fabián ha dicho que…
Gracias por los comentarios:

Anónimo, tienes razón en que muchas empresas no dan ningún incentivo para que la gente "apechugue". Lo cierto es que los esquemas laborales están cambiando, en parte por la dinámica de la población y en parte por la evolución de la tecnología, que ha convertido ciertas tareas en inútiles, otras en redundantes y, en otros casos, exigen a las empresas respuestas ágiles a cualquier hora del día.

Yo tengo la inmensa fortuna de prestar mis servicios profesionales para una empresa, IBM, que ha apostado por una solución imaginativa basada en la flexibilidad de horarios y la posibilidad de teletrabajo. Eso nos permite conciliar nuestras obligaciones profesionales con nuestra vida privada y, al mismo tiempo, mostrar una disposición hacia el trabajo mucho más positiva.

En cualquier caso, las empresas que no vean venir el problema de la escasez de talento disponible y sigan aplicando métodos del pasado (simple amenaza de despido al que no trabaje 10 ó 12 horas) van a tener problemas en el futuro. Las empresas no tienen derecho a "exigir" disponibilidad más allá de un horario normal. Si necesitan esa disponibilidad tendrán que compensarla de alguna manera (económica o en forma de proyección de carrera, de flexibilidad, mejoras en el entorno de trabajo, etc.)