Unos días fantásticos. Sin Internet, sin correo electrónico y sin que apenas suene el teléfono móvil. Paseando por la sierra, viendo el campo y, sobre todo, viendo caer la lluvia e incluso la nieve.
Sí, ha hecho un tiempo de perros, pero da igual, el descanso cerebral ha sido total. El cerebro está como nuevo, con el aceite limpio y los engranajes ajustados. Está como sin usar.
Uno vuelve cargado de energía, pensando que será capaz de nuevo de enfrentarse a la variedad de actividades simultáneas que nos depara nuestra forma de vivir. Es decir, que las vacaciones nos permitirán incrementar nuestra capacidad de trabajo en modo multitarea, algo que parece estar de moda.
Y justo ahora me encuentro con este artículo de El País en el que se cuestiona la capacidad humana para caminar y silbar al mismo tiempo...
Vaya. Va a ser que no. No se trabaja mejor haciendo siete cosas al mismo tiempo. Procuraré concentrarme en una cosa cada vez :-))
Sí, ha hecho un tiempo de perros, pero da igual, el descanso cerebral ha sido total. El cerebro está como nuevo, con el aceite limpio y los engranajes ajustados. Está como sin usar.
Uno vuelve cargado de energía, pensando que será capaz de nuevo de enfrentarse a la variedad de actividades simultáneas que nos depara nuestra forma de vivir. Es decir, que las vacaciones nos permitirán incrementar nuestra capacidad de trabajo en modo multitarea, algo que parece estar de moda.
Y justo ahora me encuentro con este artículo de El País en el que se cuestiona la capacidad humana para caminar y silbar al mismo tiempo...
Vaya. Va a ser que no. No se trabaja mejor haciendo siete cosas al mismo tiempo. Procuraré concentrarme en una cosa cada vez :-))
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