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¿Hacen falta más colegios profesionales?

Resulta sorprendente que la economía de mercado funcione, teniendo en cuenta la cantidad de gente interesada en ponerle coto.

Los ingenieros informáticos buscan la regularización de la profesión

No son los ingenieros informáticos los únicos que buscan crear algún tipo de organización (en este caso un Colegio Profesional) que sirva, cierto, para delimitar claramente responsabilidades, pero también para evitar que gente que no cumpla con los requerimientos marcados por la organización pueda ganarse la vida realizando un trabajo que saben hacer perfectamente.

Esa limitación puede servir de garantía para la realización de una actividad (en pura teoría sólo los más cualificados pueden hacerla), pero también supone una traba insuperable para el funcionamiento del mercado. La mano de obra profesional se convierte en escasa por decreto -no porque no haya gente capacidata para hacer el trabajo-, el precio sube, se crea una red de privilegios y clientelismo...

El horrendo Estatuto del Periodista, que está en no sé qué fase de un largo proceso de tramitación, es otro ejemplo de intento de delimitar la entrada de trabajadores en un sector.

El hecho de que en España un ciudadano cualquiera pueda ser propietario de un hospital privado pero no de una farmacia es otro claro ejemplo. Por arte de magia, es necesario tener un título concreto para obtener una licencia de apertura de un comercio. No es que se exija la presencia de un farmacéutico titulado para regentar el local y asesorar a los clientes, que podría ser lógico, es que se exige el título para poner la tienda.

A mí me hace mucha gracia la expresión "intrusismo profesional" que se utiliza normalmente para apoyar todas las iniciativas de este tipo. Si no tienes un título específico, se te considera un intruso, independientemente de que puedas hacer el trabajo mejor y más barato que quienes ostentan la titulación en cuestión.

Entiendo perfectamente la necesidad de regulación de determinadas profesiones. Es necesaria la existencia de una garantía pública y notoria, por ejemplo, a la hora de determinar que sólo un cirujano puede hacer una operación quirúrgica. Aceptado. Es necesaria también esa garantía para el ejercicio de la abogacía. De acuerdo. Incluso, en el ámbito de la ingeniería o la arquitectura, es necesario ese control público a la hora de delimitar responsabilidades si una presa se cae o un edificio presenta grietas.

Pero hay que ser consciente de que todas estas garantías distorsionan el mercado, encarecen el servicio y enriquecen fundamentalmente a los afortunados que están dentro del club.

¿Es realmente necesario extender este tipo de garantías a todas las profesiones? Sinceramente lo dudo. Y el hecho de que en muchas ocasiones se atribuya a "errores informáticos" lo que son problemas de gestión (como se dice en el artículo), no me parece motivo suficiente como para crear una organización que regule el ejercicio profesional.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Sólo un detalle, Fabián: en las farmacias no sólo se exige que el dueño sea titulado (y colegiado, por cierto) en Farmacia sino que siempre tiene que haber un licenciado en farmacia atendiendo al paciente (que no al cliente, ya sabes). Si la persona que te atiende es un mancebo, en la rebotica siempre tendrá que estar un licenciado en farmacia
Anónimo ha dicho que…
No soy ingeniero informático sino de telecomunicación, y no me gano la vida programando. Pero pienso que estás equivocado al decir que cualquiera puede hacer ese trabajo, y que la restricción a personas no tituladas elimina trabajadores cualificados.

Las cosas se pueden hacer bien o mal. En este país los médicos no son necesarios porque la gente es muy lista y sabe automedicarse, los informáticos no son necesarios porque cualquiera sabe programar. Luego pasa lo que pasa: software basura que encadena a la administración a consultoras de calidad nula pero que son las únicas que pueden meter mano en dicho software incomprensible para cualquier otro, etc.

Algunos dicen que hay mucha titulitis, pero otros pensamos que hay demasiado chapuzas trabajando en lo que no puede hacer bien, simplemente por el ahorro económico que supone a su empleador. Y las cosas baratas acaban saliendo siempre caras.
Anónimo ha dicho que…
Por cierto, me gusta mucho tu blog, acabo de descubrirlo por un comentario tuyo en TecOb y creo que voy a deidicar un tiempo a leer lo que llevas escrito ;)
Fabián ha dicho que…
Gracias por los comentarios, Arantxa y Marcos.

Marcos: no he querido decir que el trabajo de programador lo pueda hacer cualquiera. Indudablemente hace falta saber programar. Eso te lo puede dar un título (si has estudiado para conseguirlo) o una buena experiencia profesional. O mejor, una buena combinación de ambas cosas.

Pero en el caso de los Colegios profesionales lo que suele ocurrir es que se invoca un principio de responsabilidad (que no de conocimiento) y se acaban aplicando regulaciones absurdas. Por ejemplo, que la instalación de un PowerPoint la tiene que hacer un ingeniero titulado y colegiado. O que la instalación de una red de ordenadores en una empresa de más de 25 empleados tiene que estar certificada mediante firma de un colegiado (y eso cuesta 6.000 euros. La firma, no la instalación).

Tampoco niego el derecho de los profesionales de cualquier materia a asociarse y a defender sus intereses, pero lo que me da miedo es que se utilicen argumentos de responsabilidad únicamente con el objetivo de limitar el legítimo acceso de terceros a un mercado de trabajo.
Fabián ha dicho que…
Otra cosa, Marcos.

También te agradezco la valoración positiva de mi blog. Eso sí, como lector asiduo de TecOb, debo reconocer que ese sí que es bueno :-))