No me cabe duda de que hay artistas que se enamoran de sí mismos. Otros, en plan Pigmalión, se enamoran de sus obras.
Algo así ha debido pasarles a los creadores de Happy Feet, un musical de animación de excelente factura, no hay duda, que fui a ver este fin de semana con los niños animado por los trailers que un amigo puso en su blog.
Es una película técnicamente impecable, la música está escogida con gran criterio, la animación es impresionante. Han mostrado una habilidad fuera de lo común para conseguir pingüinos bailando que siguen teniendo movimientos de pingüino y los detalles (como los desplazamientos de la nieve bajo las patas de los animalejos) están cuidados con primor.
Pero le sobra media hora de metraje y le falta consistencia al guión.
Creo que los autores se animaron con su propia habilidad. Se enamoraron de su trabajo y no le vieron defecto alguno. O, mejor aún, se enamoraron de sí mismos -como Narciso- al verse reflejandos en el espejo de su propia obra y se negaron a eliminar fotograma alguno.
Podrían haber dedicado parte del talento desplegado a mejorar el guión y a contratar un montador que les bajase del altar.
Es algo que no sólo le pasa a esta película. Últimamente, en el cine abunda eso que se llama Director's cut y que no es más que lo que había antes de que alguien con más criterio que el propio director le metiese tijera al metraje para evitar que los espectadores se duerman en la sala.
Algo así ha debido pasarles a los creadores de Happy Feet, un musical de animación de excelente factura, no hay duda, que fui a ver este fin de semana con los niños animado por los trailers que un amigo puso en su blog.
Es una película técnicamente impecable, la música está escogida con gran criterio, la animación es impresionante. Han mostrado una habilidad fuera de lo común para conseguir pingüinos bailando que siguen teniendo movimientos de pingüino y los detalles (como los desplazamientos de la nieve bajo las patas de los animalejos) están cuidados con primor.
Pero le sobra media hora de metraje y le falta consistencia al guión.
Creo que los autores se animaron con su propia habilidad. Se enamoraron de su trabajo y no le vieron defecto alguno. O, mejor aún, se enamoraron de sí mismos -como Narciso- al verse reflejandos en el espejo de su propia obra y se negaron a eliminar fotograma alguno.
Podrían haber dedicado parte del talento desplegado a mejorar el guión y a contratar un montador que les bajase del altar.
Es algo que no sólo le pasa a esta película. Últimamente, en el cine abunda eso que se llama Director's cut y que no es más que lo que había antes de que alguien con más criterio que el propio director le metiese tijera al metraje para evitar que los espectadores se duerman en la sala.
Comentarios
gracias por enlazarme. Qué pena me da lo que cuentas, efectivamente los guiones son los puntos débiles de la mayoría de las películas actuales... aún no la he podido ver, y mira que tengo ganas de que me guste, pero sospecho que me aguarda la misma decepción que a ti. Puedo pasar por alto muchas cosas, pero no un mal guión o un exceso de metraje.
Por cierto, ¿no te apetece apuntarte a dejaboo.net? >:-)
Esto no tendría la menor importancia si no fuese por el hecho de que canto fatal, no entiendo de música y ni siquiera me sé la letra :-)
Muchas veces los estudios cortan las películas por intereses políticos y comerciales, a ver si no vas a tener ni idea de en qué mundo vives, señorito IBM.
No sé a cuento de qué viene el tono de tu comentario. En todo caso, te respondo a lo que expones.
a) Efectivamente, alguien puede tener más criterio que el propio director de una película. Sobre todo, más criterio comercial. En el mundo de los directores, los hay buenos, malos y regulares, como en todo. Y los hay con gran criterio artístico y pésimo criterio empresarial y al revés.
En el caso de la película que nos ocupa, creo que al director le ha faltado criterio para eliminar algunos pasajes y que, desde el punto de vista del guión, deberían haber pulido un poco más el final (resulta muy abrupto).
b) No estoy llamando tontos a todos los directores. No he llamado tonto a ningún director ni lo he considerado un moñigote. De hecho, no he llamado tonto a nadie. Simplemente he dicho que alguien con más criterio que el propio director puede cortar una película con la intención de hacerla más fácilmente asimilable por el público. Cuando digo criterio, obviamente, me refiero a criterio comercial y empresarial. Yo creo que en todas las profesiones (sobre todo las artísticas) ocurre con frecuencia que el responsable de una creación está tan a gusto con todos y cada uno de los elementos de su obra que no se anima a prescindir de nada. De ahí que sea positivo que venga alguien "de fuera" (que no haya estado involucrado en el proceso de producción) y que vea las cosas con una mirada fresca, para poder decirle al director: "Mira, todo es muy bonito, pero si quitas este plano y este otro, la obra entera gana ritmo". De hecho, ahora ya no se ve tanto, pero eso que he comentado del "Director's cut" ha sido una moda de hace unos años que consistía en volver a poner a películas planos que se habían eliminado. Muchas alcanzaban una longitud insufrible.
c) No soy el tonto del pueblo. Soy más bien urbano y de inteligencia más o menos normal. No sé por qué has incluido esta descalificación en tu comentario. Si no te gusta lo que lees en mi blog eres muy libre de criticarlo, pero creo que esta frase está de más.
d) Tienes razón al decir que muchas veces se cortan películas por intereses políticos o comerciales. Y en mi opinión, si una productora pone en juego millones de dólares para hacer una película, creo que tiene todo el derecho del mundo a decirle al director que quite unos planos para que la cosa sea más comercial.
e) Tengo una somera idea del mundo en el que vivo. No soy particularmente sabio, ni conozco todos los mecanismos de todos los sectores económicos ni de lejos. Pero sí sé que hay muchas cosas que se hacen por intereses políticos o comerciales.
f) Imagino que lo de "señorito IBM" está escrito con ganas de incordiar. Quizá piensas que el hecho de trabajar para una empresa determinada nos confiere unas cualidades y defectos naturales y que al cambiar de empresa, esas cualidades y defectos se transforman para mimetizarse con los de los nuevos compañeros. Lamento decirte que no es así. En IBM, como en cualquier empresa, hay gente de todo tipo de condición. Y el hecho de que yo preste mis servicios profesionales a esta empresa no me confiere ninguna cualidad ni defecto particular.