En el mundo empresarial nos hemos complicado la vida. Nos devanamos los sesos buscando razonamientos que lleven a nuestra empresa a una posición social más elevada que la de simple instrumento para generar riqueza.
Estamos impregnados quizá de una moral que nos dice en el subconsciente que ganar dinero no es un objetivo lo suficientemente ético por sí mismo (al menos en la moral mediterránea y católica, en el mundo protestante anglosajón parece que este tema lo tienen más claro).
Por eso, las empresas se afanan por definir una misión, una visión y unos valores que vayan más allá de la acumulación del vil metal. Algunas de esas misiones, visiones y valores llegan a ser ilegibles e incomprensibles, pero no parece que importe mucho.
Esta entrada de El Blog Salmón, donde explica el principio KISS (Keep it Simple Stupid!) en los negocios, me ha hecho recordar una pequeña anécdota de mis primeros años de periodista.
Yo estaba en Polonia en 1993 entrevistando empresarios y directivos de grandes empresas públicas y privadas. Eran gente interesante, puesto que provenían casi todos del antiguo partido comunista y, aún así, habían abrazado el naciente capitalismo con un entusiasmo casi febril.
En una de aquellas entrevistas le pregunté al directivo por los objetivos de su empresa. Su respuesta fue directa y efectiva: "We make money", contestó de forma escueta.
Creo que no es posible sintetizar mejor la misión, visión y valores de una empresa en el sistema capitalista.
Estamos impregnados quizá de una moral que nos dice en el subconsciente que ganar dinero no es un objetivo lo suficientemente ético por sí mismo (al menos en la moral mediterránea y católica, en el mundo protestante anglosajón parece que este tema lo tienen más claro).
Por eso, las empresas se afanan por definir una misión, una visión y unos valores que vayan más allá de la acumulación del vil metal. Algunas de esas misiones, visiones y valores llegan a ser ilegibles e incomprensibles, pero no parece que importe mucho.
Esta entrada de El Blog Salmón, donde explica el principio KISS (Keep it Simple Stupid!) en los negocios, me ha hecho recordar una pequeña anécdota de mis primeros años de periodista.
Yo estaba en Polonia en 1993 entrevistando empresarios y directivos de grandes empresas públicas y privadas. Eran gente interesante, puesto que provenían casi todos del antiguo partido comunista y, aún así, habían abrazado el naciente capitalismo con un entusiasmo casi febril.
En una de aquellas entrevistas le pregunté al directivo por los objetivos de su empresa. Su respuesta fue directa y efectiva: "We make money", contestó de forma escueta.
Creo que no es posible sintetizar mejor la misión, visión y valores de una empresa en el sistema capitalista.
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