Un libro me gusta cuando me hace soñar, cuando consigue hacerme imaginar que estoy compartiendo los acontecimientos con los personajes que los protagonizan.
Algo así me ha ocurrido con uno de los mejores libros que he leído últimamente (¡gracias, parquímetros, por obligarme a ir en metro y proporcionarme tiempo para la lectura!). Se trata de El peor viaje del mundo, de Apsley Cherry-Garrard.
Apsley participó en la expedición de Scott a la Antártida y protagonizó con otros dos exploradores uno de los viajes más extraordinarios de los que yo haya oído hablar: una caminata de cinco semanas en pleno invierno polar para ir a buscar un huevo de pingüino emperador en fase embrionaria (una locura de cierto interés científico, pero una locura a fin de cuentas). También formaba parte de los equipos de apoyo que ayudaron a Scott a llevar material en el viaje al Polo Sur, y finalmente participó en la expedición de búsqueda de los malogrados expedicionarios que, aunque consiguieron llegar al Polo Sur, fallecieron en el camino de vuelta.
El libro es una obra maestra de los libros de viaje y testimonio. En su haber cuenta con maravillosas descripciones, y esto lo dice alguien que se suele saltar las descripciones porque le aburren, y relatos trepidantes de los acontecimientos de aquella expedición. En el debe hay que anotar pasajes aburridos llenos de tecnicismos sobre viajes en el mar y en los polos y sobre cuestiones científicas (lo anoto como aspecto negativo porque algunas partes se hacen ciertamente pesadas e incluso interrumpen un fascinante relato, pero entiendo que esos pasajes están ahí porque la intención del autor era ayudar a expediciones posteriores).
Y sí, es un libro que me ha hecho soñar con haber estado en la Antártida y con lanzarme a vivir una aventura en una descabellada búsqueda de huevos de pingüino, hielos prehistóricos y rocas magmáticas. ¡Ojalá hubiese estado allí!
Algo así me ha ocurrido con uno de los mejores libros que he leído últimamente (¡gracias, parquímetros, por obligarme a ir en metro y proporcionarme tiempo para la lectura!). Se trata de El peor viaje del mundo, de Apsley Cherry-Garrard.
Apsley participó en la expedición de Scott a la Antártida y protagonizó con otros dos exploradores uno de los viajes más extraordinarios de los que yo haya oído hablar: una caminata de cinco semanas en pleno invierno polar para ir a buscar un huevo de pingüino emperador en fase embrionaria (una locura de cierto interés científico, pero una locura a fin de cuentas). También formaba parte de los equipos de apoyo que ayudaron a Scott a llevar material en el viaje al Polo Sur, y finalmente participó en la expedición de búsqueda de los malogrados expedicionarios que, aunque consiguieron llegar al Polo Sur, fallecieron en el camino de vuelta.
El libro es una obra maestra de los libros de viaje y testimonio. En su haber cuenta con maravillosas descripciones, y esto lo dice alguien que se suele saltar las descripciones porque le aburren, y relatos trepidantes de los acontecimientos de aquella expedición. En el debe hay que anotar pasajes aburridos llenos de tecnicismos sobre viajes en el mar y en los polos y sobre cuestiones científicas (lo anoto como aspecto negativo porque algunas partes se hacen ciertamente pesadas e incluso interrumpen un fascinante relato, pero entiendo que esos pasajes están ahí porque la intención del autor era ayudar a expediciones posteriores).
Y sí, es un libro que me ha hecho soñar con haber estado en la Antártida y con lanzarme a vivir una aventura en una descabellada búsqueda de huevos de pingüino, hielos prehistóricos y rocas magmáticas. ¡Ojalá hubiese estado allí!
Comentarios
Gracias.
Si lo encuentras, dime dónde está, por favor. Aunque ya lo he leído no me importaría comprarlo.
He echado un vistazo en Amazon.com y no está disponible.