Ha sido una de las miniseries de más éxito de los últimos tiempos. Gambito de Dama cuenta la historia de Beth Harmon, una jugadora de ajedrez dotada de un talento extraordinario que inicia una carrera imparable en los años 50 y 60 del siglo pasado y, pese a algunos traspiés debidos más al alcohol y las drogas que al buen hacer de sus oponentes, se va imponiendo en todos los torneos y competiciones hasta que consigue derrotar nada menos que al campeón del mundo, un impecable y elegante Gran Maestro soviético llamado Borgov. Pero no, la sonrisa de Borgov al reconocer la victoria de su oponente no es realista. A pesar de que la serie está muy bien documentada y [nimios detalles aparte] refleja bastante bien el mundillo del ajedrez, hay un aspecto en el que peca de inocente. En la machista sociedad de mediados del siglo pasado, muchos jugadores, incluyendo sus compatriotas estadounidenses, no habrían aceptado con tanto donaire y cortesía la derrota. Yo creo que una Beth Harmon se habría e
Entre el 14 de marzo y el 16 de mayo de 2020 escribí un diario del confinamiento. Durante algo más de dos meses mantuve la disciplina de publicar a diario en mi blog personal mis impresiones y reflexiones en torno a la pandemia de Covid-19, una enfermedad causada por un nuevo coronavirus (Sars-Cov-2), que ha puesto patas arriba el mundo que conocíamos. Por primera vez en la vida de la mayoría de nosotros, estábamos obligados a permanecer encerrados en nuestros hogares. El confinamiento ha supuesto una pérdida casi absoluta de libertades individuales y colectivas y una experiencia realmente traumática para nuestra sociedad y para cada uno de nosotros. En mi diario, he tratado de mantenerme mayormente optimista, aunque pasamos por etapas muy duras y el clima político y social se fue enrareciendo cada día. Del entusiasmo, las actividades colectivas y la solidaridad iniciales pasamos muy rápidamente a la acritud y a las peleas políticas. Ese tipo de peleas en las que no importa decir la ve